Los Pirineos son un paraíso para los amantes del senderismo y el montañismo. Con sus espectaculares paisajes montañosos, este impresionante macizo ofrece experiencias únicas, tanto para los excursionistas más experimentados como para quienes buscan una caminata más tranquila. Desde rutas circulares populares hasta rincones secretos por descubrir, los Pirineos lo tienen todo.
Sin más espera, te presentamos las mejores rutas de senderismo en los Pirineos que no te puedes perder:
El valle de Ordesa
El Valle de Ordesa es uno de los lugares imprescindibles si decides explorar los Pirineos. Esta joya natural te ofrece la oportunidad de realizar excursiones familiares con picnic en la famosa Pradera de Ordesa, o bien adentrarte en rutas más exigentes. Entre los puntos destacados del recorrido están el Camino de los Cazadores, el río Arazas, el mirador de Calcilarruego, el Bosque de Las Hayas y la impresionante Cola de Caballo.
Desde caminatas cortas de una hora hasta jornadas completas de senderismo, este entorno te cautivará con sus cascadas, prados, montañas y su rica fauna local, donde es común ver marmotas, sarrios, jabalíes y cabras montesas. Durante el invierno, el lugar es ideal para caminatas con raquetas de nieve, lo que te permitirá redescubrir este increíble valle bajo un manto blanco.
Ibones de Alba
Ubicados en el extremo occidental del macizo de la Maladeta, los Ibones de Alba son dos lagos de alta montaña que te dejarán sin aliento. Partiendo desde Baños de Benasque, el ascenso es empinado y desafiante, pero recompensa con un paisaje rocoso único y vistas incomparables.
Para los más aventureros, la ascensión hasta la Brecha del Alba añade un extra de emoción y permite disfrutar de panorámicas espectaculares sobre las cumbres meridionales de Luchón. Una ruta exigente pero que te conectará profundamente con la naturaleza.
El Circo de Ulldeter
El Circo de Ulldeter es una ruta clásica que no puede faltar en tu itinerario. Este sendero, perfecto para disfrutar en familia, parte de la estación de esquí de Ulldeter y te llevará a contemplar tres majestuosos picos cercanos a los 3.000 metros: el Pico de la Dona, el Pico de Prat de Bacivers y el Pico de Bastiments.
Con sus 12 km de recorrido, es una de las rutas preferidas por los montañeros, ofreciendo vistas impresionantes de los Pirineos franceses, el Prepirineo y, en días despejados, incluso la Costa Brava.
Los lagos del Carlit
El Pico del Carlit es uno de los puntos más emblemáticos de los Pirineos, rodeado de hasta 12 lagos que crean un entorno mágico. Con un desnivel cercano a los mil metros, esta ruta circular de unas 5 horas, que comienza en el lago de Les Bouillouses, es muy concurrida en verano, y accesible para familias en buena forma física.
El paisaje montañoso y los reflejos de los lagos harán de esta caminata una experiencia inolvidable.
Pico Comodoto
El Pico Comodoto se alza entre los valles de Pineta y Chisagues, ofreciendo vistas de 360 grados de los macizos de La Munia y Monte Perdido. Esta ruta, de dificultad media, combina paisajes de espolones calcáreos y una flora vibrante, ideal para los amantes de la naturaleza y la fotografía.
Aunque no es técnicamente exigente, deberás estar preparado para una caminata de 8 km de pista a la vuelta, pero las vistas en constante cambio harán que el esfuerzo valga la pena.
Pico Anie
Con 2.504 metros, el Pico Anie es la cumbre más alta del circo de Lescun y un verdadero tesoro para los senderistas más experimentados. Puede considerarse el pico más alto del País Vasco, a pesar de que su vertiente oriental se encuentra íntegramente en Bearne. Sin embargo, tiene un nombre en euskera, Aunamendi, el monte de las cabras.
Su aspecto macizo y piramidal es fácilmente reconocible desde toda la llanura vasco-bearnesa, y es la primera cumbre que supera los 2.500 metros desde el océano Atlántico. Su relieve kárstico, lleno de fallas y grietas, le da un carácter desértico que contrasta con la verde llanura vasco-bearnesa.
Hay varias rutas para llegar a esta magnífica cumbre, pero os proponemos partir del valle de Aspe, exactamente desde el centro y refugio de montaña de Lescun, lo que nos permite variar un poco el paisaje atravesando primero el bosque de Braca d’Azuns, luego un hermoso valle hasta las cabañas de los pastores (Cap de la Baitch) antes de entrar en el desierto mineral de las arrhes d’Anies y enlazar con el sendero que lleva desde el Col des Annes y la estación de esquí Pierre Saint Martin.
Pico de Tebarray
Desde Baños de Panticosa parte la ruta hacia el Pico de Tebarray, a 2.886 metros de altura. Esta caminata, que atraviesa cascadas, pinos y gargantas, culmina en un lago encantador, el Ibón de Tebarray, que parece un cráter volcánico reflejando los Picos del Infierno.
Es una ruta larga pero gratificante, con la posibilidad de acortar el recorrido en lugares como el lago de Bachimaña o los Ibones Azules.
Pico de Vallibierna
El Pico de Vallibierna es un balcón privilegiado desde el que admirar la cara sur del macizo de la Maladeta, con el Aneto a la vista. Este 3000 es de fácil acceso para montañeros, aunque la alta montaña siempre requiere precauciones, especialmente en los tramos de pedregal y en la cresta final.
La recompensa es una vista panorámica de los macizos pirenaicos, que incluyen algunas de las cumbres más icónicas de la región.
Tuc deth Rosari
Los estanques de Baciver y el Tuc deth Rosari son una de las rutas clásicas del Valle de Arán. Desde la estación de esquí de Baqueira, podrás ascender fácilmente a este pico y disfrutar de las vistas de cumbres como Mauberme, Barlonguèra y Montardo.
Ideal para una escapada de medio día en un entorno espectacular.
Refugio de montaña Josep Maria Blanc
Finalmente, no puedes dejar de visitar el refugio Josep Maria Blanc, situado en una península en medio del lago Tort de Peguera. Este refugio es el objetivo perfecto para un trekking de medio día desde Espot, pero una vez allí, querrás pasar más tiempo explorando sus alrededores, llenos de lagos, pinos y picos afilados.
